jueves, 14 de agosto de 2014

GRACIAS

Gracias a mi Padre por lo que me enseñó, por lo que aprendí de él, por su ejemplo que aún perdura, por ser la base de mis principios, y que aún después de veinte años de su óbito, siento su calor.

Gracias a mi Madre, Sara, que puedo decir.., la mejor, por su amor incondicional, por sus abrazos, por su apoyo en momentos muy muy duros, cuando toqué fondo ella estaba ahí con los brazos abiertos, sin preguntas sin reproches con todo lo que una Madre puede dar...

Gracias a mi tía Victoria de Monteys, por ser esa segunda madre que pocos tienen la suerte de haber tenido, sí, murió hace poco, pero su cariño, su...bueno todo, se ha quedado conmigo.

Gracias a Badia su marido un ejemplo de bondad, algo de inocencia y eterna paciencia...

Gracias a mi prima Verónica de Monteys, por demostrarme que existen personas de otra pasta, desinteresadas, altruistas, agradecidas..., por su vitalidad, ganas de vivir, un ejemplo, además de una gran artista, con ella rompieron un molde muy valioso.

Gracias a una antigua amiga que durante treinta años ha sido ese farolillo de mi cerebro en momentos oscuros, y un sol enorme en días claros.

Gracias a Marta Casado, por iniciarme en el amor, el cariño, el respeto, por indicarme el camino a seguir...Aún lloro tu muerte prematura, siempre serás mi única “Novia”.

Gracias a Margarita por su sonrisa por demostrarme que Marta (llegaron a conocerse) tenía razón, hay que saber querer a las mujeres, hay que saber respetarlas, que ninguna es igual, y saber, es querer.

Gracias a Yolanda, por su belleza, por su amor tan especial, y que probablemente de no haber coincidido con la enfermedad y muerte de mi Padre, hubiésemos creado una hermosa familia.

Gracias a mis hijos, por haber nacido, por haberme dado unos años de vuestras vidas para disfrutar como padre, y perdonadme por haberos defraudado, por no haber podido acabar mi deber, mi responsabilidad.

Gracias al resto de mis familiares por haberme y aún, soportado.

Gracias a Pablo y Agus, dos colegas que me han ayudado mucho y aún lo hacen, de muchas formas.

Gracias a las cientos tal vez miles de personas que conocí, por mi satisfactorio trabajo, y que me respetaron, escucharon, y muchas veces me hicieron caso creyendo en mí.

Gracias a los que me hicieron daño ya sea sin querer o expresamente, porque me hicieron ver que no soy rencoroso, sobretodo que todos cometemos errores, y que el odio no sirve para nada.

Gracias a las personas que no he llegado a conocer, y que quizás hubiesen representado algo en mi vida.

Gracias por último, a lo que sea que me ha dado la oportunidad de vivir todos éstos años, sobretodo unos veintiséis mas o menos, pues han sido inolvidables.

Y Perdón, por mis errores (incontables), por el dolor que pueda haber ocasionado a personas conocidas o no,  por mi ignorancia, y por mi falta de madurez.

              demon



                                                                       mi tía Victoria de Monteys

                                                                         

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