Gracias a mi Padre por lo
que me enseñó, por lo que aprendí de él, por su ejemplo que aún
perdura, por ser la base de mis principios, y que aún después de
veinte años de su óbito, siento su calor.
Gracias a mi Madre, Sara, que
puedo decir.., la mejor, por su amor incondicional, por sus abrazos,
por su apoyo en momentos muy muy duros, cuando toqué fondo ella
estaba ahí con los brazos abiertos, sin preguntas sin reproches con
todo lo que una Madre puede dar...
Gracias a mi tía
Victoria de Monteys, por ser esa segunda madre que pocos tienen la
suerte de haber tenido, sí, murió hace poco, pero su cariño,
su...bueno todo, se ha quedado conmigo.
Gracias a Badia su marido
un ejemplo de bondad, algo de inocencia y eterna paciencia...
Gracias a mi prima
Verónica de Monteys, por demostrarme que existen personas de otra
pasta, desinteresadas, altruistas, agradecidas..., por su vitalidad,
ganas de vivir, un ejemplo, además de una gran artista, con ella
rompieron un molde muy valioso.
Gracias a una antigua
amiga que durante treinta años ha sido ese farolillo de mi cerebro
en momentos oscuros, y un sol enorme en días claros.
Gracias a Marta Casado,
por iniciarme en el amor, el cariño, el respeto, por indicarme el
camino a seguir...Aún lloro tu muerte prematura, siempre serás mi
única “Novia”.
Gracias a Margarita por
su sonrisa por demostrarme que Marta (llegaron a conocerse) tenía
razón, hay que saber querer a las mujeres, hay que saber
respetarlas, que ninguna es igual, y saber, es querer.
Gracias a Yolanda, por su
belleza, por su amor tan especial, y que probablemente de no haber
coincidido con la enfermedad y muerte de mi Padre, hubiésemos creado
una hermosa familia.
Gracias a mis hijos, por
haber nacido, por haberme dado unos años de vuestras vidas para
disfrutar como padre, y perdonadme por haberos defraudado, por no haber podido acabar mi
deber, mi responsabilidad.
Gracias al resto de mis familiares por haberme y aún, soportado.
Gracias al resto de mis familiares por haberme y aún, soportado.
Gracias a Pablo y Agus,
dos colegas que me han ayudado mucho y aún lo hacen, de muchas
formas.
Gracias a las cientos tal
vez miles de personas que conocí, por mi satisfactorio trabajo, y
que me respetaron, escucharon, y muchas veces me hicieron caso
creyendo en mí.
Gracias a los que me
hicieron daño ya sea sin querer o expresamente, porque me hicieron
ver que no soy rencoroso, sobretodo que todos cometemos errores, y
que el odio no sirve para nada.
Gracias a las personas
que no he llegado a conocer, y que quizás hubiesen representado algo
en mi vida.
Gracias por último, a lo
que sea que me ha dado la oportunidad de vivir todos éstos años,
sobretodo unos veintiséis mas o menos, pues han sido inolvidables.
Y Perdón, por mis
errores (incontables), por el dolor que pueda haber ocasionado a
personas conocidas o no, por mi ignorancia, y por mi falta de madurez.
demon
demon
mi tía Victoria de Monteys
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