Anoche por segunda vez desde que la conocí, hace ya una eternidad para mi, unos años para los mortales, he vuelto a soñar con ella, que mas da su nombre, con mi amada, noté cierto cambio en su rostro, pero seguía siendo la misma, mi amor, mi musa, mi único deseo, (no concedido), cuyo molde que se rompió aquel hermoso día de otoño que la vi y hablé por primera vez, el día que mi corazón se detuvo para no volver a arrancar nunca más, el día glorioso que aprendí lo que sería el verdadero amor, un amor inalcanzable, imposible, y con el paso de mis años, de mi vida, la quimera que siempre ha servido de ejemplo, ese ¿será esta?, no ¿y esta otra? tampoco, ¿y aquella?, ni de cerca, una búsqueda de una sustitución de un anhelo, un sueño, una sensación, solo eso, un sueño.
Es curioso durante todo este tiempo solo he soñado dos veces con ella, en la primera solo paseábamos por un malecón de La Habana, charlando no recuerdo qué, intrascendente, solo vi un semblante triste, el de ella, solo eran vanos celos egoístas supongo, pues mi corazón y mi razón me dicta que seguro que es feliz en el mundo real, de la manera que ella haya escogido...y esta pasada noche dentro de la normal ambigüedad de los sueños, solo quiero recordar una cosa que sentí, que en un momento dado, ella, se acerco a mí y me dio con sus dulces labios un beso, ¡un beso!, un beso en los míos, fugaz y suave como el querer, como el vivir, la verdad no recuerdo sensación física, pues hace muchos años que no beso a una mujer, pero sí experimenté la alegría, la ilusión, el éxtasis del primer beso de mi única amada, aunque solo fuera un sueño, aunque solo fuese un dulce beso, nadie puede imaginar, el regocijo en mi alma, la locura en mi sien, y mi corazón a punto de estallar durante esos segundos, ¡un beso por fin!, tanto y tan poco, que más da, en el fondo para mi ha sido real, tan real como no soñar, como vivir, como no vivir, como el sol con su luz dorada y el mar con su perfil azulado, todo en uno en en tierno beso que ella, me regaló. Por otro lado soy despreciable, pues le he robado un beso a mi amada, ella nunca lo sabrá, ¿es eso justo, he de reprimir mis sueños?...no puedo, ellos son libres, yo no, ellos imaginan, yo no, ellos inventan, yo no puedo, ellos viven en mi, son yo mismo, ¿no me da eso derecho a hacerlos míos?, a recrearme en un beso que a medida que escribo se va borrando pero que se ha tatuado en mi cuerpo, en mi frágil corazón y no lo pienso vender por nada ni por nadie, !hay quien ose quitármelo¡ se enfrentara a una oleada de odio, de dolor, de venganza que supongo debo tener escondidos por algún lado en mi oscuridad. Ese beso me corresponde, por derecho, por toda esa larga búsqueda de sucedáneos, intentos vanos, que no se acercan para nada al de ésta hermosa e inolvidable noche.
Un beso, un beso de mi amada. Gracias...
demon
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